Baena, cerca de Córdoba en España, es reconocida por su producción de aceite de oliva, motor económico clave. Cuenta con una planta de biomasa de 25 MW que usa subproductos del olivo para energía renovable, reduciendo costos eléctricos en un 17%. Sin embargo, sus emisiones despertaron preocupación por la calidad del aire. Las autoridades debían evaluar si la planta era la fuente principal de contaminación o si otros factores, como el tráfico, tenían un mayor impacto.

Para evaluar el impacto en la calidad del aire, Baena instaló cuatro nodos Bettair con anemómetros que miden niveles de NO₂ y dispersión de contaminantes. Esto permite correlacionar concentraciones de polución con velocidad y dirección del viento, identificando si las emisiones provienen de la planta o de fuentes urbanas como el tráfico. Integrando estos datos en la Plataforma Cloud de Bettair, las autoridades obtienen información en tiempo real que asegura el equilibrio entre sostenibilidad económica y salud pública.

Baena logró atribuir con precisión el origen de la contaminación, correlacionando los niveles de NO₂ con patrones del viento para identificar las fuentes específicas de emisiones atmosféricas, lo que facilitó la toma de decisiones informadas sobre control ambiental.

Al compartir datos transparentes sobre calidad del aire e impacto industrial, se aumentó la conciencia comunal y se fortaleció la confianza en las medidas sostenibles adoptadas, reforzando la colaboración ciudadana y la vigilancia ambiental.

El uso de tecnología avanzada permitió sostener la transición energética con biomasa sin comprometer la salud pública, demostrando que es posible equilibrar la actividad industrial con la protección del medio ambiente mediante monitoreo sensor basado en datos.